Columna de opinión

¿Volver atrás? ¿Por qué?

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Los antecedentes: Esperanza Aguirre, ya en campaña electoral, anunció una mañana lo siguiente: No pienso pisar el Palacio de Cibeles. No tendré un Ayuntamiento megalómano. Dentro de una entrevista en la que hablaba de muchas más cosas, este apunte destacó. Fundamentalmente por ser una crítica directa a su enemigo íntimo en el Partido Popular: Alberto Ruiz-Gallardón. Pero también porque es una medida que chirría con la idea de contención del gasto que tanto se predica estos años. El candidato del PSOE, Antonio Miguel Carmona, coincidió en la idea de Aguirre de no tener allí su despacho, y dedicar el edificio, en su totalidad al espacio cultural CentroCentro. Más traslados, más reformas, más dinero gastado en la vuelta atrás. 

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Uno de los principales argumentos para justificar una vuelta atrás es, como decimos, el dinero. El Palacio de Cibeles, cuyo montante total de la operación ascendió a 500 millones de euros de nada, sigue costando un buen dinero a todos los madrileños. 6 millones de euros según ABC o 2,1 millones según El Mundo es lo que cuesta anualmente el mantenimiento del actual Palacio de Cibeles. Seguridad, mantenimiento y limpieza del edificio. Un edificio en el que tenemos mucho más que el despachito de la Alcaldía. Unos 2.000 funcionarios municipales trabajan en sus dependencias. Allí también están el salón de plenos, el salón de la junta de gobierno o la sala de prensa. 

El traslado de la sede de la Alcaldía de Madrid al Palacio de Cibeles desde la histórica Casa de la Villa quizás no debió hacerse (o, al menos, debió hacerse bien), pero ahora volver atrás sería un error. Un alcalde no puede jugar a capricho con los bienes de todos los madrileños. Además, el Palacio de Cibeles es mucho más que la sede de la Alcaldía, que no es más que una pequeña parte del edificio. Es un gran centro cultural (mejor o peor gestionado y promocionado) con auditorio, salas de exposiciones, una galería de cristal para eventos de todo tipo, un restaurante, un mirador, un punto de información turística y al ciudadano. Un espacio que no está saturado y que no falta espacio. Es más, es un espacio que cuesta llenar y que con más espacio daría más sensación de vacío

Además de ser un globo sonda muy importante, esta declaración es puro postureo, porque se toparía con un importante problema: la Casa de la Villa ya tiene nuevo uso. La antigua casa consistorial será la nueva sede del Instituto de Formación y Estudios del Gobierno Local. Las obras ya están concedidas y en marcha, 1,3 millones de euros presupuestados, y la idea es ahorrarse el alquiler anual de 1,5 millones de euros de este organismo en su actual ubicación. ¿Qué harían estos candidatos con esa reforma?

En fin, que vaya arranque de campaña.

Madrid, 11 de marzo de 2015.