Pérdidas
Estos últimos años hemos visto como en Madrid ha surgido un ente en el que el Partido Popular se escuda habitualmente: los Comerciantes de Sol. Una organización, supongo que constituida formalmente, que últimamente si aparece en las noticias es por una única petición: menos manifestaciones en «su territorio». Esta causa, abanderada por los gobiernos municipal y regional, reaparece cada vez que una gran manifestación pidiendo derechos o menos recortes toma Madrid. Ya sea el 15M, una Huelga General o el reciente 22M, ahí están los comerciantes quejándose de que por su culpa tienen menos clientes y que eso no puede ser y que algo hay que hacer.
Ese es el problema, según parece, que haya gente protestando. Las pérdidas no vienen de que los precios no se hayan dado cuenta de que la realidad es otra. O que en algunas tiendas o bares parezca que te hacen un favor al atenderte. O de que el tan buscado turista en algunos sitios sea tomado por tonto. No, es por esa gente que ocupa «lo público» y se lo quita a los demás. Algo intolerable salvo que seas El Corte Inglés, Starbucks o Iberia, en cuyo caso puedes hacerte con la Plaza de Callao para tus asuntos a un módico precio. Ellos sí, tú no. Pues o todos, o ninguno. Y mejor todos, ¿no?

Tampoco parecen reivindicar estos últimos meses un mejor transporte público. Pongamos un ejemplo: un sábado los trenes de la Línea 2 de Metro (y de todas) pasan cada 8 minutos. Una frecuencia intolerable y que provoca que todos los vagones vayan siempre rozando el demasiado lleno. ¿Cuántos clientes que irían a Sol han cambiado de idea y se han ido en coche a los satánicos centros comerciales del extrarradio porque van a, por lo menos, viajar menos agobiados? Yo, alguna vez. Pero esto no les preocupa, pudiera parecer. El problema es los sucios esos que no quieren rescatar bancos con su dinero para que sus directivos puedan jubilarse con todos sus lujos. El problema es que hay demasiada gente manifestándose y la gente de bien y los turistas no pueden comprar.