Monks Bar, la abadía para cualquier momento
Monks Bar ha cerrado permanentemente 🙁
Hace una semana recibimos una invitación para conocer un restaurante llamado Monks, en la calle Capitan Haya 23 (Metro Cuzco) del que no habíamos oído hablar. Allí nos personamos cuatro madridfreeros y pasamos una noche en esta peculiar abadía en la que uno se siente a gusto a cualquier hora del día. Porque en estos tiempos ese es uno de los principales reclamos de cualquier bar o restaurante: ser un lugar perfecto para un desayuno, un aparitivo a deshoras, para comer de menú, tomarse una cerveza de afterwork, cenar antes de salir de fiesta por la zona o disfrutar un gintonic de noche en su terraza.
El Monks nació como una iniciativa de una marca cervecera para crear locales con estilo. En este caso, invirtieron una buena cantidad de dinero en crear esta abadía medieval en la que da gusto sentarse a tomar algo, ya sea en sus altas mesas de la planta baja, o en sus escondidos balconcitos, por los que se puede ver pasar desde DJs a monologuistas. Un espacio, además, con rincones secretos. El Monks tiene una sala especial reservada para que planeemos nuestra mejor celebración, y que se alquila para que montemos nuestras actividades: una cena, un coctel, una fiestecita, una reunión privada. Nosotros ponemos la idea, y ellos nos ayudan a realizarla.
Y bueno, hablemos un poco del condumio, la pitanza, la comida (y la bebida). Para comer tenemos la siempre fiable comida rápida pero no basura: nachos, quesadillas, hamburguesas, sandwiches, ensaladas… Todo en unas buenas cantidades y a precios normales, ni hacia arriba ni hacia abajo. Y tienen un buen menú díario por 10,50 euros, un precio intesante viendo las propuestas ofrecidas. Buen surtido de cervezas de importación, con las imprescindibles Guinness, Paulaner y Murphy’s, además de una docena más de cervezas de otras tierras.
Y además, podemos encontrar la cerveza artesanal más madrileña, La Cibeles, que cada día gana más adeptos. Y, no podía ser de otra manera, tienen unos buenos cócteles y combinados, con su buena carta de ginebras y de vodkas. Este momento se pasa mejor en la terraza, que se mantiene durante todo el año. Las copas están entre los 8 y los 14 euros, lo normal también.
Como buena cervecería, prestan atención a los momentos señalados del calendario: San Patricio, Halloween, Navidad… Esos días realizan fiestas especiales con más promociones aún. Porque durante todo el año tienen sorpresas en su web. Como decimos, está en la calle Capitán Haya, con lo que es un buen lugar para tomar algo antes de visitar la Avenida de Brasil, o de ver un partido en el cercano Santiago Bernabéu. Los deportes, además, tienen un importante lugar en el Monks Bar, con sus televisiones y su proyector en los que ver los mejores partidos.
María | No sabía ni cómo iba a ser ni qué iba a pasar cuando supe que iba al Monks a cenar, pero la verdad es que me encantó la noche que pasamos. Al oír este nombre te imaginas un restaurante de cocina fusión, o al menos eso me esperaba, pero para mi sorpresa, el Monks Bar resultó ser un pub restaurado de manera elegante y con un ambiente buenísimo. El servicio excelente, rápido y educado.
La comida… ¿qué decir que no se haya dicho ya? Riquísima, con una limpia y buena presentación, y con ella la calidad. Lo mas destacado entre lo que pedimos: unas brochetas de pollo con salsa de mostaza y pimienta y sus ensaladas de tomate a rodajas con mozzarella y otra con cebolla y ventresca. Algo que destacar y que hace que gane puntos este original pub, es su terraza que abre en todas las épocas del año en la que tranquilamente al sol o bajo unas estufas puedes tomarte unas pintas, copas o uno de sus cócteles, todos ellos a un precio calidad estupendo.
Javi | El Monks Bar tiene algo único para empezar que es su decoración. Pocos bares o restaurantes pueden presumir de tener una fachada con esas cúpulas de cristal al estilo de una abadía. Esto le hace especial, pero al fin y al cabo la comida o bebida es lo importante. En esto es Monks Bar se caracteriza por su variedad. Las tapas para cenar que probamos: nachos, ensaladas de tomate, pinchos de carne, delicias de pollo estaban muy buenas y a precios normales. Del menú no puedo opinar directamente, pero su precio de 10,50€ lo hace competitivo en esta zona.
Para poner la guinda a lo que pediría a un bar, están las bebidas. Aquí pudimos probar desde varios tipos de cerveza a cócteles, pasando por las copas de toda la vida. En definitiva, el Monks es un sitio para pasarte en cualquier momento del día y disfrutar en un espacio diferente.
Vike | La verdad es que el Monks me sorprendió para bien. Esa decoración de abadía que luce por fuera se traslada también al interior, y eso siempre le da un añadido a cualquier local. El servicio es atento y te tratan que da gusto. Cenamos tan bien que tuvieron que cortar la salida de más platos porque ya estabamos llenos. Sus ensaladas de tomate con mozzarella y de tomate raf no son una tontería a la hora de elegir. Y los trozos de camembert frito son una pasada de tamaño y de sabor. Creo que si estáis por la zona y buscáis un sitio para meriendacenar, tenéis que probarlo.
@gruncho | Si te habíamos dicho en MadridFree que Monks era un restaurante irlandés, curiosamente debe ser el primer irlandés de Madrid que dispone de una gran terraza con calefactores para pasar el crudo invierno y vaporizadores de agua para el verano, ¿verdad?, y nada más entrar te encuentras con un local inmenso muy bien ambientado, con un montón de rincones entre las distintas alturas de los pisos que hay visibles en el restaurante, sillones y madera por todas partes, una veintena de íntimas lámparas iluminan cada mesa del local… ven, pídete una pinta, un par de raciones y disfruta de un buen monólogo.