El Melo’s de Lavapiés: zapatillas y croquetas como siempre
En Madrid hay una serie de bares que se han convertido en Patrimonio Inmaterial. Bares de siempre, de acerbo popular, de arraigo vecinal. El Bar Melo’s juega en esa liga. Bares que como son de toda la vida siempre resuelven, pero que nos hacen vivir con el temor de su desaparición, ya sea por la parca o, peor aún, por la crisis y la gentrificación.
El Melo’s original cerró en los primeros meses de la pandemia. Tras cuarenta años llenos de zapatillas y de fieles parroquianos, sus dueños lo tuvieron que dejar. Y en el corazón y las papilas gustativas de Lavapiés y de toda Madrid hubo drama. Otro más que mordía el polvo. Nos temimos lo peor, otra franquicia insulsa mancillando este local.
Pero hete aquí que el Bar Melo’s ha vuelto a la vida. Y con la máxima de El Gatopardo en su mente: que todo cambie para que nada cambie. Rafael Riqueni, Ignacio Revuelta y Alejandro Martínez se hicieron con el local, con el nombre y con algunas de las recetas. También con el espíritu de siempre. El Melo’s debía seguir siendo el Melo’s, una apuesta que han ganado. Siguen en la Calle Ave María 44.
Croquetas y zapatillas, alma del Melo’s
El Melo’s se mantiene como siempre. Todo sigue igual, un poquito mejor. La carta no ha cambiado porque para qué si funcionaba. Las zapatillas del Melo’s de lacón y queso de tetilla siguen siendo enormes y deliciosas. Una bomba de sabor que en Madrid se degusta en buena compañía. 14 euros la zapatilla entera, 7,50 la media (de la que ya un par o tres pueden comer).
Las zapatillas el Melo’s son las reinas, pero esto es una diarquía y las croquetas ocupan el otro trono. No son técnicamente las mismas, pero casi. Siguen siendo unas enormes croquetas muy ricas que mantienen el crujiente exterior que al romperse nos lleva a una cremosa bechamel que enamora. Cada una es que vale sólo 1,60 euros. Como diría el alcalde: poco me parece.
En su escueta carta siguen estando también las empanadillas de atún, de sabor casero que no falla (2,50 euros la unidad). Y también los pimientos de padrón, y la morcilla, el queso con membrillo… Para beber la cerveza es popular, pero también lo es el ribeiro servido en sus cuncas.
Apuntes finales. Una cosa que sí que han cambiado en el Melo’s 2.0 es que ahora los horarios son más puntuales: están abiertos todos los días de 13 a 16.30 y de 19.30 a 23.45. Pero no han cambiado esas «prisas» que te metían cuando se formaba cola para entrar. Y las mesas siguen siendo pocas y codiciadas. Ah, también hacen pedidos para llevar.
