Flavia, deliciosa trattoria en el barrio de Salamanca
En nuestros intentos por conocer cocinas internacionales, a veces nos lanzamos a conocer gastronomías de países lo más alejados posible del nuestro en el globo terráqueo. Y no hace falta irse tan lejos para disfrutar. Por ejemplo, Flavia demuestra que tenemos a mano restaurantes mediteráneos que guardan más sorpresas de las que pensamos.

Si hablamos de comida italiana, a uno se le va la cabeza rápidamente a la pasta, la pizza y, como mucho, el estupendo gelatto. Y parece que ya lo conocemos todo. Pero Flavia, una trattoria italiana en pleno barrio de Salamanca en la Calle Gil de Santivañes 2, promete “mucho más que pasta”. Es su eslogan y nosotros quisimos probarlo. Y, aunque comimos pasta, podemos confirmar que Flavia tiene detalles que lo diferencian de otros restaurantes italianos más tópicos.

Para empezar, la decoración del local. No es lo más relevante a la hora de elegir un sitio para cenar, claro, pero en una pequeña calle a pocos metros de la Puerta de Alcalá se esconde una trattoria con muchísimo encanto. Las paredes de ladrillo visto enmarcan varios espacios diferenciados, como uno con horno de leña y otro con una barra de bar y mesas altas. La iluminación está cuidadísima, con velas, bombillas originales y fuentes de luz muy discretas. Por la noche puede dar sensación de oscuridad, pero los ojos se adaptan rápido y el ambiente en ligera penumbra encaja perfectamente con el estilo de la trattoria. No conocemos el local de día, pero viendo las ventanas, seguro que pueden presumir de luz natural.

Más que pasta en Flavia
Comenzamos con un entrante de queso: la burrata. Se ha ganado a pulso el honor de ser una de las especialidades de Flavia y nos abrió el apetito sin empezar a saciar. Como principales, y ya que nos habían prometido más que pasta, probamos los tortellini y los tagliatelle. Una pasta rellena y la otra no, pero ambas frescas. Unos tortellini de carne con nata, guisantes y prosciutto de parma y unos tagliatelle con gambas, boletus y crema de trufa que estaban buenísimos. De postre, para asegurar nuestras ganas absolutas de viajar a Italia en cuanto podamos, un tiramisú para limpiar el vaso con los dedos.

No solo nos gustó el sabor, también la presentación y la más que adecuada cantidad de comida en el plato. Y si no os convence ninguna de las combinaciones de pasta y salsa que ellos proponen en su carta, podéis crear la vuestra. Otro detallazo que nos parece cada vez más necesario, pero que aún es algo difícil de encontrar, es la existencia de un menú para celíacos, 100% sin gluten.

En definitiva, un restaurante para celebrar una ocasión especial o darse un homenaje. Abren de lunes a domingo de 13.30 a 16 horas y de 20 a 00 horas. Los findes alargan sus noches con el bar hasta las 3. Podéis reservar en El Tenedor y abrir boca con las fotos que comparten en sus redes sociales, como en Facebook, Instagram o Twitter.